Un
equipo de investigadores del Centro
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha
descubierto un mecanismo para evitar la pérdida de memoria en la
enfermedad de Alzheimer, por medio de un estudio con modelos de ratón
que permite orientar acerca de posibles vías de intervención
terapéutica.
El
trabajo, publicado en el último número de la revista Nature
Neurosciencie,
ha sido dirigido por la doctora de la Fundación
Vasca para la Ciencia Ikerbasque Shira Knafo,
de la Unidad de Biofísica, perteneciente al CSIC y a la Universidad
del País Vasco (UPV/EHU); José
Antonio Esteban,
del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-Universidad
Autónoma de Madrid); y César
Venero,
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Según
han informado en una nota de prensa Ikerbasque y la UPV/EHU, estos
investigadores han desarrollado una herramienta con la que consiguen
que ratones enfermos de Alzheimer conserven la memoria.
Según
han explicado dichas entidades, así como CSIC en otro comunicado,
las neuronas se comunican entre sí mediante conexiones sinápticas,
en las que se da el intercambio de información de una neurona a otra
y que no son estáticas, sino que se modulan debido a la actividad o
experiencia previa de las neuronas.
Este
fenómeno se conoce como plasticidad
sináptica,
que es un mecanismo fundamental del aprendizaje y la memoria.
Alteraciones en la plasticidad sináptica provocan dificultades en la
formación de memorias, lo cual ocurre en el Alzheimer.
Los
investigadores citados han descubierto que en el Alzheimer la
plasticidad sináptica está alterada por una proteína originalmente
descrita como un supresor de tumores denominada PTEN,
que es la que entorpece la memoria.
En
2010, el grupo de investigación del doctor Esteban, del Centro de
Biología Molecular Severo Ochoa, descubrió que esa proteína está
presente en las sinapsis y participa en su modulación fisiológica
durante la plasticidad sináptica.
El
trabajo ahora publicado evidencia que este mecanismo se descontrola
durante la enfermedad del Alzheimer, dificultando la memoria, al
enviar
uno de los agentes patológicos de la enfermedad, el beta-amiloide,
la proteína PTEN hacia las sinapsis de forma excesiva.
Los
investigadores han desarrollado una herramienta molecular que bloquea
la llegada de PTEN a las sinapsis, con la que han conseguido que las
neuronas sean resistentes al beta-amiloide y
que los ratones enfermos de Alzheimer conserven la memoria.
Según
las mismas fuentes, se trata de una investigación de ciencia básica
con modelos animales, pero que contribuye a diseccionar los
mecanismos que controlan las funciones cognitivas y orienta acerca de
posibles vías de intervención terapéutica para enfermedades
mentales en las que estos mecanismos son defectuosos.
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