Demencia
es el término utilizado para describir diferentes enfermedades
neurológicas que afectan memoria, pensamiento, cálculo,
personalidad y orientación en tiempo y espacio. La enfermedad de
Alzheimer forma parte del 50 %-60 % de los casos de demencia, pero
también existen del tipo vascular, de cuerpos de Lewy y
fronto-temporal, afirmó el doctor José Ricardo López Contreras,
neurólogo internista.
El
especialista aseguró también que esta no es una consecuencia normal
del envejecimiento, aunque sí es una de las principales causas de
discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo
entero, que no solo afecta a la persona que la padece, sino que
también crea un impacto físico, psicológico, social y económico
en la salud del cuidador y la familia, quienes además pueden
desarrollar un conjunto de síntomas y signos conocidos como el
síndrome del cuidador.
Hasta
este momento, aún no se han identificado factores que se asocian al
desarrollo de la patología; sin embargo, hay formas de reducir el
riesgo potencial de desarrollarla. El World Alzheimer Report
2014 de la Alzheimer's Disease International, que lleva por nombre
“reducir el riesgo de demencia”, indica que hay un número de
sencillos cambios en el modo de vida para reducir el riesgo más
adelante. La regla de oro es que lo que es bueno para el corazón, lo
es para el cerebro. Si se quiere reducir el riesgo de desarrollar
está enfermedad, es importante empezar por cinco pequeños cambios
desde hoy:
Cuida
tu corazón. Ciertas elecciones de modos de vida pueden afectar a la
salud del corazón. Hay que asegurarse y adoptar un estilo de vida
saludable que pueda ayudar a prevenir el desarrollo de colesterol
alto, aumento de presión sanguínea, diabetes y obesidad, ya que
estos no solo aumentan el riesgo de ataques al corazón o infartos,
sino que incrementan la posibilidad de desarrollar demencia.
Sé
físicamente activo. Un estilo de vida activo puede ayudarte a
controlar tu presión sanguínea y tu peso, a la vez que reduce el
riesgo de padecer diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Hay
indicios que sugieren que ser físicamente activo puede reducir el
riesgo de presentar demencia y está probado que hace sentir bien al
organismo, además de ser una buena forma de socializar.
Sigue
una dieta sana. El cuerpo y cerebro necesitan la comida como
gasolina. Para que funcionen correctamente se necesita consumir una
dieta equilibrada y saludable. La dieta mediterránea, rica en
cereales bajos en azúcar, fruta, pescado, legumbres y vegetales,
reduce el riesgo de demencia. Aunque todavía se realizan estudios en
torno a los beneficios de determinados alimentos o suplementos, se
sabe que grasas saturadas, azúcares y sal están asociadas con un
mayor riesgo de enfermedades de corazón. Por ello, es mejor
evitarlos.
Reta
a tu cerebro. Retar al cerebro con nuevas actividades puede ayudarte
a construir nuevas células cerebrales y a fortalecer las conexiones
entre ellas. Esto puede contrarrestar los efectos perjudiciales de la
enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Retando tu cerebro puedes
aprender nuevas cosas geniales, así que ¿qué te parece aprender un
nuevo idioma o empezar una nueva afición o deporte?
Disfruta
de las actividades sociales. La integración social puede ser
beneficiosa para la salud del cerebro, ya que estimula nuestras
reservas cerebrales, ayudando a reducir el riesgo de demencia y
depresión. Saca tiempo para estar con amigos y familia e incluso
puedes combinar
tus actividades con ejercicios de actividad mental a través de
deportes u otras aficiones.
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