A
pesar de que se está investigando mucho acerca de la
enfermedad
de Alzheimer,
lo cierto es que a día de hoy no existen opciones de tratamiento que
puedan curar o frenar la enfermedad, tan solo retrasar
su avance, en el mejor de los casos. Por eso, la clave está en la
prevención.
Pero, ¿Realmente se puede evitar la enfermedad de Alzheimer?
Lo
cierto es que no
existe ningún tipo de tratamiento o vacuna que
impida que esta enfermedad degenerativa se produzca, aunque varias
investigaciones sí
que han identificado algunas formas en las que es posible disminuir
el riesgo de
padecer esta enfermedad.
No
se puede decir a ciencia cierta que estas medidas funcionen al 100%
en todos los casos, pero sí que pueden ayudar. En el peor de los
casos, cuanto mejor preparados estemos, mejor y, ya que no existe una
cura, por lo menos sí podemos aferrarnos a la esperanza de poder
evitarlo o retrasarlo.
Medidas que ayudan a prevenir el Alzheimer
#1 – Ejercicio intelectual
Es
necesario ejercitar
el cerebro para
mantenerlo útil, como si fuera un músculo más. En este sentido, la
actividad
mental se
ha asociado con un aumento de la reserva
cognitiva,
que a su vez se relaciona con un menor riesgo de demencia.
#2 – Entrenamiento cognitivo
El
entrenamiento
cognitivo implica
dar un paso más allá de lo que implica el ejercicio anterior. El
entrenamiento cognitivo consiste en pasar un tiempo estructurado
dedicado el entrenamiento del cerebro. En este sentido, las
investigaciones demuestran que el entrenamiento cognitivo puede ser
un medio eficaz para mejorar la memoria, el razonamiento y las
habilidades lingüísticas.
#3 – No fumar
Fumar
aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer y de enfermedades
cardiopulmonares. Eso no es ninguna novedad. Sin embargo, menos
conocido es el hecho de que el
tabaco puede dañar gravemente el cerebro.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 14% de los casos de
Alzheimer en todo el mundo pueden atribuirse al tabaco. Incluso fumar
de forma pasiva puede aumentar el riesgo de demencia.
#4 – Estudiar
Según
diversos estudio, estudiar
se ha relacionado con un menor riesgo en el deterioro cognitivo.
Y cuando hablamos de estudiar, nos referimos a cursar estudios
universitarios, aprender un nuevo idioma o incluso aprender a tocar
un instrumento musical.
#5 – Controlar el azúcar en sangre
Según
las investigaciones, existe una fuerte conexión entre los altos
niveles de azúcar y el riesgo de desarrollar demencia o Alzheimer.
Tanto es así, que a
la
enfermedad de Alzheimer se la conoce como “diabetes tipo 3″.
Incluso
si alguien no tiene diabetes, niveles altos azúcar en la sangre
pueden aumentar el riesgo de demencia.
En
este sentido, se puede pensar que mantener un buen control del azúcar
en la sangre, ya sea con o sin un diagnóstico de la diabetes, puede
funcionar como medida preventiva para el cerebro.
#6 – Controlar la tensión arterial
Diversos
estudios sugieren que
mantener
una tensión arterial adecuada a través de ejercicio y una dieta
saludable para el corazón puede reducir el riesgo de desarrollar
Alzheimer y
demencia. Curiosamente, incluso en los casos en que los esfuerzos por
hacer dieta y ejercicio no den resultado, si se combinan con
medicamentos para regular la presión de las arterias, también se
reduce el riesgo de sufrir estas enfermedades.
#7 – Alimentación saludable
Según
las investigaciones, una alimentación
saludable,
en la que se incluyan alimentos como bayas, manzanas, nueces, vino
(con moderación), cafeína, chocolate, pescado, aceite de oliva y,
en general, el estilo de alimentación propio de la dieta
mediterránea,
está relacionada con la mejora
del funcionamiento del cerebro.
#8 – Mantener un peso adecuado
Mantener
un peso
saludable es
vital para tener una buena salud, incluidos todos los factores
relacionados con las
funciones
cerebrales.
Pero no solo cuando nos hacemos mayores, sino durante toda la vida.
En este sentido, mantener un peso saludable, especialmente en los
años medios, se ha relacionado con un menor riesgo de demencia y
Alzheimer.
#9 – Hacer ejercicio
El
ejercicio
físico está
fuertemente relacionado con un menor
riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y
otros tipos de demencia.
#10 – Tomar vitamina B12, vitamina D y vitamina E.
El
déficit de vitamina B12 , vitamina D y vitamina E ha sido asociado
con la disminución del funcionamiento cognitivo,
según algunos estudios de investigación. En particular, una
deficiencia de vitamina B12 puede causar pérdida significativa de la
memoria y confusión, que se puede invertir al menos parcialmente a
través de la suplementación con vitamina B12. Además, la vitamina
D y la vitamina E se han relacionado con un menor riesgo de
desarrollar demencia y Alzheimer.
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