Pestañas

jueves, 9 de abril de 2015

La UE financia un robot para ayudar a personas con alzheimer


Con 4 millones de euros, la Unión Europea financiará el proyecto MARIO, que creará un autómata para ayudar a pacientes con algún tipo de demencia, siendo la más común el alzheimer.
En España hay más de 1,2 millones de pacientes con alzheimer, una enfermedad que supone la más común de las demencias seniles y que tiene una incidencia a nivel mundial de 7 millones de nuevos casos al año. Más allá de simples olvidos, es degenerativa, no tiene cura y supone un grave sufrimiento tanto para quienes la padecen como para sus familiares.


En este contexto, la Unión Europea financiará con 4 millones de euros el proyecto MARIO, incluido dentro de su programa Horizonte 2.020, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de estos pacientes en los próximos años. En él, participan diez asociados entre universidades y empresas europeas, que están desarrollando un robot que asista a estos enfermos.


“Pacientes que padecen demencia senil forman parte de nuestro comité de expertos. Lo más importante para nosotros es comprender qué ayuda esperarían del robot”, explica Kathleen Murphy, profesora de la Escuela de Enfermería y Partería de Galway integrada en la Universidad Nacional de Irlanda y encargada de la comunicación del proyecto. Con el proyecto quieren que el robot se convierta en la memoria de los pacientes que ya la han perdido. “Uno de los mayores problemas de la demencia senil es que aísla socialmente. Los pacientes se avergüenzan de no recordar el nombre de alguien que saben que conocen. MARIO les ayudará a recordar”. 



Con esta utilidad, MARIO también podrá leer las noticias, hacer llamadas telefónicas, ejercer de portero o recordarle al paciente las horas de las comidas o de sus pastillas. Lo que no podrá hacer es asistirles físicamente, solo de forma social. También reconocer las caras y los objetos que el paciente ha perdido, ya que la variación de luz y de ángulo, por ejemplo, suponen un problema para estos pacientes a la hora de interpretar la realidad. 



Sus creadores pretenden que este robot no se limite a servir en las casas de los ancianos, sino también en clínicas y residencias. “Esos entornos complican mucho el proyecto desde un punto de vista tecnológico, pues son ambientes llenos de ruidos, objetos, rostros y voces que el robot tendrá que distinguir perfectamente. Tenemos que llevar estas tecnologías al siguiente nivel”. El proyecto, según creen, estará al servicio de estos enfermos muy pronto, ya que el primer prototipo está previsto para Navidad. “El calendario es muy apretado. En tecnología no puedes predecir todos los retos que te vas a encontrar en el camino. Pero estamos bien organizados y cada parte del proyecto sabe qué tiene que hacer. Así que estoy segura de que cumpliremos con los plazos y lograremos ofrecer una mejora significativa en un panorama de población cada vez más envejecida”.



El robot cuenta con la sólida base de su predecesor, Kompai, un autómata creado por la compañía Robosoft. Su locomoción será a base de ruedas y no de piernas y la interacción con el paciente la hará a través de una tablet integrada en su cuerpo que, aunque táctil, podría avanzar hacia un sistema de voz. En cuanto al diseño, “tiene que ser algo que les genere una gran sensación de familiaridad, porque podría suceder que no lo reconocieran. También tiene que funcionar a nivel empático, para que no lo rechacen”, explica Murphy.



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