Es muy frecuente que
cuando una persona famosa sufre de una enfermedad, también esa
enfermedad se hace famosa. Tal es el caso con la enfermedad de
Alzheimer, ya que muchos dicen que el ex-presidente Ronald Reagan
padece de este problema. A principios de 1989, la revista médica
altamente respetada de Inglaterra, The Lancet publicó las
conclusiones de un estudio del gobierno Británico: el riesgo de
contraer la enfermedad de Alzheimer se había elevado en un 50 % en
las áreas de la Gran Bretaña donde el agua para beber contenía
niveles elevados de aluminio.
Esta
enfermedad aflige a mucha población. Por ejemplo, en los EE.UU. el
15 % de los americanos mayores de 65 años están afectados de este
padecimiento, es decir más de 2 millones y medio de personas. Antes,
se le conocía como demencia senil. Esta enfermedad está
caracterizada por fibras nerviosas enredadas alrededor del hipocampo.
Para aquellos que no lo saben, el hipocampo es el centro de la
memoria del cerebro. Lo que sucede es que cuando estas fibras
nerviosas que rodean al hipocampo se enredan, entonces los impulsos
nerviosos ya no pueden llevar la información
de,
ni hacia el cerebro.
Algunas características de esta
enfermedad son cambios severos en el estado de ánimo, pérdida de la
memoria, percepciones desorientadas en el tiempo y el espacio,
cambios de personalidad y una invalidez para comunicarse o
concentrarse. Generalmente, la salud de la persona se deteriora en
forma progresiva hasta que queda incapacitada totalmente.
Según
el Dr. James F. Balch, en un estudio reciente de 78 pacientes con
demencia, se encontró que 68 % también tenían la enfermedad de
Alzheimer, 5 % tenían una deficiencia vitamínica (particularmente
de B-12), 8 % tenían una forma ligera de depresión y 5 % tenían
demencia por haber sufrido de varias embolias.
Con relación a
la causa, podemos decir que la investigación ha revelado una fuerte
correlación entre la enfermedad de Alzheimer y el aluminio. Casi
siempre se han encontrado a través de las autopsias, depósitos de
aluminio y sílice en los cerebros de las personas que murieron por
este padecimiento. Por lo cual, estos resultados pueden sugerir que
las cantidades excesivas de aluminio en la dieta, combinado con una
deficiencia de varios minerales esenciales, en forma directa o
indirecta lo predisponen a uno a la enfermedad de Alzheimer.
Es
importante resaltar que el aluminio no es un nutriente. Aunque no es
un metal pesado, es altamente tóxico para todos los seres vivos. El
aluminio está difundido en nuestra agua, en la tierra, en el aire y
por lo tanto en pequeñas cantidades, en nuestros alimentos también.
Se cree que una persona promedio
Por
el Dr. Héctor E. Solórzano del Río*
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