El
juego comienza con un punto de vista subjetivo de un living, que
podría ser tu living. Algo no termina de estar bien allí, por cada
objeto que reconoces, hay otro que es totalmente desconocido. Suenan
campanadas de un reloj. Cualquier jugador habituado a los videogames
de rol supondría que se trata de uno de terror, y esperaría el
momento del susto. En Forget-Me-Knot,
sin embargo, no hay ningún enemigo del que escapar, sino la
necesidad de juntar retazos de memoria de una vida que, culpa del mal
de Alzheimer, prácticamente no recordáis.
El participante se pone en el lugar de un personaje que debe reunir pistas y explorar una habitación parar intentar reconstruir su propia historia. Mira un demo en vídeo.
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