Es
vital tener estilos de vida saludables y activos intelectualmente
para posponer un posible inicio como también aumentar los programas
de educación al público y a los profesionales de la salud. Cuando una
persona comienza con los olvidos y la confusión característica de
la primera etapa del Alzheimer hace, por lo menos, veinte años que
la enfermedad se ha instalado y progresado en su cerebro. Es
como si la enfermedad estuviera adormecida y, de repente, se
despierta, explicó ayer el doctor Serge
Gauthier,
presidente del Panel Médico y Científico de la Alzheimer
Disease International (ADI).
Gauthier
explicó que debido al silencioso inicio de ese mal degenerativo es
que el terreno de investigación se centra en identificar señales
(biomarcadores) que anticipen que una persona puede desarrollar la
enfermedad para trabajar en el área preventiva con el fin de
retrasar el inicio de la misma. Aún no hay cura.
Por
su parte el neurólogo e investigador puertorriqueño, Heriberto
Acosta,
sostuvo que hay factores de riesgo presentes en jóvenes y adultos
que se han vinculado con un desarrollo posterior de Alzheimer.
Evitarles o disminuirlos es una forma de prevenir el desarrollo de
ese tipo de demencia. Entre
los factores están: la hipertensión, la diabetes, altos niveles de
colesterol y triglicéridos, así como la falta de actividad o
estímulo intelectual.
De
hecho, Acosta presentó los hallazgos de un estudio hecho para
identificar factores de riesgo comunes o diferentes entre
puertorriqueños que residen aquí y boricuas que viven en Nueva York
y Filadelfia. El estudio, demostró que el
Alzheimer se había manifestado más temprano en los pacientes con la
escolaridad más baja.
Los residentes en la Isla tenían un nivel de escolaridad promedio de
7mo grado y el Alzheimer se comenzó a manifestar a una edad promedio
de 64 años. Mientras que los pacientes que viven aquí, tenían un
nivel de escolaridad promedio de primer año de universidad y la
enfermedad se manifestaba a la edad promedio de 78 años.
Un
mayor nivel educativo presupone que la persona utiliza más sus
capacidades intelectuales y, al mismo tiempo, que mantiene un estilo
de vida más saludable,
con lo cual disminuye sus factores de riesgo. Los boricuas de
Filadelfia y Nueva York tam bién fumaban muchísimo más que los
residente de la Isla, dijo.
En
términos del impacto global del Alzheimer, el presidente de ADI,
Jacob
Roy Kuriakose,
reveló que el costo médico junto con el del cuidado familiar
informal en Estados Unidos fue de $604 mil millones en el 2010; de
$800 mil millones, en México; y de $1,300 trillones en Canadá.
Resaltó que, de
aquí al 2050, la cantidad de personas con ese trastorno degenerativo
crecerá 247%, lo que atribuyó al envejecimiento de la población.
Fuente:www.elnuevodia.com
El Dr. Acosta
es un neurólogo clínico con más de 30 años de experiencia
trabajando con pacientes con demencia en Puerto Rico. Tiene especial
interés en la identificación de factores de riesgo en el desarrollo
de la demencia, y su prevención a través de la gestión y el
control de ellos. También está interesado en el diagnóstico
clínico precoz de la demencia y de su gestión, con un enfoque
clínico holístico completo. Ha estado involucrado en el desarrollo
de campañas educativas para el público en general, pacientes y
profesionales de la salud en Puerto Rico y América Latina. Es el
asesor científico de la Asociación de Alzheimer Puerto Rico y el
Director Médico de la Clínica de Memoria Irizarry Judith de Díaz,
del Centro Caribeño para el Estudio de la Memoria y Cognición.
http://www.alzint.org/speakers
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