Pestañas

jueves, 18 de junio de 2015

Aprende a gestionar la tristeza como cuidador/a

La tristeza es una emoción que no suele resultarnos agradable, pero tiene una doble función adaptativa:
  1. Baja nuestro nivel de energía, nos deja solos con nosotros mismo para que seamos capaces de reestructurar pérdidas y decir adiós a algo o a alguien.
  2. Despierta la empatía en las personas que tenemos cerca para dejarnos cuidar y arropar por nuestros próximos.
¿Te habías planteado qué parte de la tristeza que siente un cuidador se debe a que le está diciendo adiós a la vida que tenía antes de ejercer su labor de cuidador de una persona dependiente? ¿Habías pensado alguna vez que tu tristeza es una llamada de atención para que también te cuiden a ti? Si aprendes a enfocar tu tristeza de esta manera, probablemente tendrás menos resistencias al interaccionar con ella.
¿Qué hago con mi tristeza?
  1. Acéptala, te enseñará muchas cosas.
  2. Cuantifícala, ¿es una tristeza pequeña, mediana o grande? Así podrás darte cuenta de que existen diversos grados de tristeza.
  3. Créala, ¿hay algo creativo y original que se te ocurra hacer con esta tristeza? Recuerda que muchas de las grandes obras de arte nacieron de este sentimiento de tristeza.
  4. Compártela, hablar de tu tristeza te ayudará a gestionarla.
  5. Cambia el enfoque, esto te permitirá tomar distancia emocional y hacerla más pequeña.
  6. Déjate mimar y querer, rodéate de personas positivas y deja que te cuiden a ti también.

  7. A la hora de gestionar la tristeza algunas de las preguntas que nos planteamos con mayor frecuencia son las siguientes:
    ¿Llorar hace bien? El llanto puede ayudarnos a evacuar, a dejar ir, a gestionar la pérdida. Lo único que tienes que saber es qué tipo de llanto tienes: esto te ayudará a gestionar las emociones.
    El llanto de tristeza, el que nos conecta con el dolor, es un llanto tranquilo. Cuando lloramos de este modo no solemos censurarnos, ni pensar en nada, tenemos muy poca energía y nos sentimos mejor después de haber llorado. Este tipo de llanto es muy diferente al llanto nervioso, en el que entran en juego emociones diversas como la rabia o la frustración y la forma de llorar es más enérgica. ¿Te habías parado a pensar qué tipo de llanto tienes cuando lloras?
    ¿Es bueno que mi familia me vea triste? Sí claro, ¿recuerdas que una de las funciones de la tristeza era dejarse cuidar? A veces tendemos a ponernos una máscara y hacernos los fuertes, pero ya sabes que eso no es gestionar tus emociones, sino reprimirlas. Muestra tus sentimientos, no tienes por qué ocultar las emociones delante de tu familia. En esta última semana, por ejemplo, ¿has enmascarado tu tristeza?
    ¿Y si me mantengo ocupado/a teniendo mucha actividad para no sentir tristeza? La tristeza, como el resto de tus emociones, sólo quiere darte un mensaje. Si paras, escuchas y aceptas este mensaje la emoción ya habrá hecho su función.


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